La Calaca ya inició, su desfile desde el panteón
mejor que se cuide, todo aquel burócrata servidor.

La Muerte recorrió la presidencia municipal,
y decepcionada dijo; aquí falta eso que llaman calidad,
no solo es decir; «en Texcoco se vive bien»,
la Flaca perpleja escuchó decir: ¿»Requetebién»?

Los «políticos» de ahora, «ya subieron de nivel»
hasta se sienten intocables, que se olvidaron de hacer el bien.
La Huesuda ya les dijo que se pongan a trabajar,
que cumplan su palabra o en la noche se los va a cargar.

La crítica ya lo dijo un senador,
es necesaria para cualquier transformación.
En Texcoco ya se fragua el camino rumbo al gobierno de Estado,
pero la Flaca ya les tiene algo preparado,
un cajón para cada uno, por ser mal educados.
La izquierda… ya lo dijo la Catrina,
pura farsa y pláticas de cantina.
La Carreta de la Muerte celebró la cancelación del aeropuerto,
que tres años cumplió desde que lo decidió López Obrador,
y a muchos vivales la ratería se les acabó.
Los politiquillos de ahora ya son de piel ultra sensible,
y la Parca firme, auguró que se los llevará en un chiquihuite,
desde Texcoco hasta el templo de la gran Coatlicue.
Esta es la tradición de muertos más viva del mundo,
y en México la celebramos hasta riéndonos de uno.
Garbancera, garbancera no me lleves que aún hay que vagar,
que estos gobiernos municipales no saben ni cómo actuar,
de presidente municipales ni los mencionamos,
porque están dando mucho de qué hablar.
Ya me voy, ya me despido…
oremos bien por quienes se quedaron en el camino…